Un caso muy especial, el servicio de catering a hospitales

La industria del catering a colectividades supone el porcentaje más elevado de actividad del sector. Y, dentro de ella, el caso específico del abastecimiento a centros hospitalarios representa casi el 50%. Su importancia es indiscutible ya que, además, la demanda de estos servicios es creciente.

La especificidad de la labor de un catering para un hospital viene determinada por las características del público al que va enfocada. Se trata de alimentar a un colectivo de los denominados "cautivos", es decir, que no tienen otra opción para comer, están obligados a hacerlo fuera de casa y en el recinto donde están internados. Si a esto se añade la circunstancia de que son personas enfermas y que forman un grupo absolutamente heterogéneo en cuanto a edades, perfiles socioculturales, necesidades nutritivas... comprobamos la dificultad intrínseca de esta dedicación.

Los últimos estudios sobre alimentación en hospitales determinan que la prevalencia de la desnutrición entre los pacientes internados oscila entre un 15 y un 60%, dependiendo de los baremos utilizados. En cualquier caso, cifras muy elevadas si, además, pensamos que la alimentación tiene una influencia directa como factor de curación. Hemos de considerar que hay que combatir un estado especial de inapetencia derivado de la inactividad de estas personas, junto con su delicado estado de ánimo producto de su propia enfermedad.

Por todo ello, las empresas de catering que enfoquen su atención a los hospitales deben exigirse en mayor grado la elaboración de menús en colaboración con expertos nutricionistas, pero también teniendo en cuenta las peculiaridades y costumbres alimentarias de los individuos, la oferta variada de platos apetecibles en presentación y sabor, aprovechar al máximo las ventajas de las nuevas técnicas para cocinar los alimentos con la mayor garantía de salubridad y gusto. Sobre todo, se trata de tener en cuenta la satisfacción de los pacientes. Para ello, la empresa de catering debe trabajar, en la medida de lo posible, en contacto permanente con ellos y con el personal sanitario, consultándoles para conseguir adaptarse cada vez más a sus necesidades y deseos.

Foto: Sant Consultores