Buffet Finger Food: menos formalismos y más creatividad

Traducido literalmente significa “comer con los dedos", un práctica que se ha impuesto en nuestro mundo occidental. A simple vista no parece un gran invento ya que hace siglos que se practica.

Finger Food no son tapas, ya que para ello uno se va fuera de casa con los amigos. Un aperitivo no es sinónimo de Finger Food ya que implica una posterior comida o una cena con sus platos sobre la mesa.

Más creatividad

Por lo tanto, ¿cómo podríamos definir esta nueva tendencia? Muy sencillo, Finger Food es un nuevo concepto de gastronomía que propone disfrutar de la comida con menos formalismos y más creatividad. Es el arte de combinar lo chic y lo informal, lo gourmet y lo práctico, lo delicado y lo divertido. Todo puede saborearse de manera informal, sin platos, sin personas sentadas a la mesa, sin gran despliegue de vajilla: un mantel y diferentes opciones para probar, degustar y comer con los dedos.

La filosofía de los cinco sentidos

La gracia de este concepto o filosofía Finger Food es que se necesitan los 5 sentidos: vista, olfato, gusto, tacto, y audición. No se trata de cocinar sencillos canapés sino que tienen que ser atractivos. Se pueden combinar diferentes gustos, tener un tacto agradable para nuestros dedos y un buen sabor para nuestro paladar.

Ventajas del Finger Food

• La presentación es muy atractiva
• Ahorrarás tiempo y energía al ser platos más pequeños
• El tiempo de cocción es mucho más corto
• Podrás preparar platos saludables y bajos en calorías que combinen alimentos que en otras ocasiones no consumirías.

¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de preparar el Fingerfood?

• Lo importante es la diversidad de texturas, sabores y presentaciones, eso sí se recomienda limitar la combinación de alimentos a dos o tres ingredientes por bocado.
• Hay que tener en cuenta que los platos Finger Food no pueden servirse excesivamente calientes por lo que podemos preparar y cocinar todos los platos con antelación y olvidarnos de los fogones durante toda la celebración.
• La presentación es clave y la creatividad, la herramienta principal. Cada pieza debe ser vistosa y no producir dudas. De esta manera podrás sorprender a todos los invitados ofreciéndoles una cena elegante y moderna. Atrévete a jugar con colores y apuesta por la diversidad en las texturas y los sabores.

Cuidar la decoración del entorno

Finger Food es sinónimo de libertad, olvidarse de las formalidades y promover las relaciones sociales. Una de las cosas que se debe tener en cuenta en una celebración Finger Food es el entorno. Ya que los platos estarán cuidados, la decoración también debe estarlo.

La puesta en escena debe ser al estilo buffet, con una mesa para que los invitados puedan rodearla. Los recipientes deben ser los adecuados para cada plato: brocheta en bandeja, salsa en recipientes hondos, porciones individuales en platos pequeños… Se pueden repartir los alimentos en distintas mesas para que los invitados no se aglomeren en un solo punto y dejar para el final los postres. Los invitados deberían tener dos copas por persona y las bebidas estarán en cubiteras de hielo. ¡No hay que olvidar poner una gran cantidad de servilletas!

¿Cómo calcular la cantidad de piezas necesarias?

Como es lógico, las cantidades difieren de las tradicionales. Por ello, calcula la cantidad de platos Finger en función de lo que quieras reemplazar. Si tu único objetivo es reunir a todos los invitados y pasar un rato agradable, calcula entre 5 y 7 platos por persona. Si lo que quieres es reemplazar un plato tradicional o una comida ligera, cocina entre 8 y 10 platos por comensal pero si lo que se busca es hacer una comida completa, lo que seria un primero, segundo y postre, se recomiendan entre 15 y 20.

2 Recetas finger food

El menú que se puede ofrecer a los asistentes es variado, desde los alimentos clásicos sin cubiertos: croquetas, tortillas o empanadillas hasta pequeñas muestras de la cocina más novedosa.

Aquí hay un par de recetas muy sabrosas:

Bocados crujientes de gambas y puerro

• Para 12-15 bocados
• 2 puerros (parte blanca)
• 1 pizca de jengibre fresco
• ½ diente de ajo
• 2-3 cucharadas soperas de leche de coco
• 15 pan de gambas
• 15 gambas peladas con cola
• Aceite de oliva

Cortar el puerro en rodajas. Pelar y picar el jengibre. Calentar un poco de aceite de oliva en una sartén anti-adherente y sofreír el jengibre y el ajo machacado. A continuación, añadir el puerro, sofreírlo unos instantes a fuego medio y después bajar el fuego al mínimo. Salar, cubrir y dejar cocer durante 10-15 minutos. El puerro tiene que quedar deshecho. Si es necesario, también se puede añadir un poco de agua durante la cocción para evitar que se pegue. Fuera del fuego, añadir la leche de coco y batir con suavidad. Rectificar el punto de sal si es necesario, dejar enfriar y conservar en el frigorífico hasta el momento de servir. Para servir, disponer el pan de gambas en un plato, colocar una cucharada de la crema de puerro y jengibre en el centro y terminar con una gamba. Servir acto seguido ya que se reviene rápidamente.

Tartita de queso y limón

• 50g de galletas María
• Una cucharada de mantequilla
• 100g de queso de untar
• 1 huevo
• Una cucharada de harina
• El zumo de medio limón
• 1 yogur natural
• Frambuesas
• Azúcar glas

Triturar las galletas junto con la mantequilla y un poco de azúcar. Estirar la masa en moldes individuales y cocerlos al horno a 180ºC durante unos minutos. Mezclar el queso de untar con el zumo de limón, el azúcar, la harina, la ralladura de la piel del limón, el yogur y el huevo. Batir hasta obtener una textura lisa y verter la mezcla en las tartaletas individuales. Cocer al horno unos diez minutos o hasta que quede cuajado el queso. Una vez las tartaletas estén frías, colocar una frambuesa encima de cada una y empolvarlo con azúcar glas.