¿Cómo preparar el mejor helado?
Artículo revisado por el Comité
Es refrescante, sano y puede elaborarse adaptándose a prácticamente todos los gustos y circunstancias. ¿Quién no se anima a preparar un helado casero para saborearlo a cualquier hora?
Es refrescante, sano y puede elaborarse adaptándose a prácticamente todos los gustos y circunstancias. Si a esto se le suma que se trata de una receta bastante sencilla y con la que pueden disfrutar tanto los más pequeños como los más mayores, ¿quién no se anima a preparar un helado casero para saborearlo a cualquier hora?
Receta básica del helado cremoso
Existen muchos tipos de helados y algunos requieren ciertos conocimientos e ingredientes específicos para conseguir la textura que realmente deben tener. Sin embargo, para elaborar la receta básica del helado cremoso sólo es necesario:
- Seis u ocho yemas de huevo.
- Entre 10 y 12 cucharadas azúcar -puede sustituirse por fructosa o edulcorante en caso de problemas médicos o estar siguiendo una dieta de adelgazamiento-.
- Un litro de leche.
- Una cucharadita de gelatina en polvo.
En este caso, el truco está en elaborarlo como si se tratara, por ejemplo, de unas natillas tradicionales. Es decir, se mezclan las yemas con el azúcar y se bate hasta que queden espumosas. Mientras, se pone a hervir la leche y, cuando se haya enfriado levemente –si está hirviendo se cortarían las yemas-, se añade poco a poco a las yemas y el azúcar sin dejar de remover.
Se calienta entonces la mezcla, preferentemente al baño maría o, si no pudiera ser, a fuego muy lento, y antes de que rompa a hervir se retira y se continúa removiendo hasta que se enfríe. Se añade entonces la gelatina disuelta en dos cucharadas de agua fría y se mezcla bien. Se coloca entonces en un recipiente apto y se introduce en el congelador hasta que cuaje.
Foto de L'esclusivitá Catering.
Personalizar los sabores
Además, si se quiere, se puede añadir algún tipo de esencia –vainilla, canela, cacao o café en polvo, coco, etc.- o crema de frutos secos o frutas –fresas, melocotones, piña, plátano, etc.- junto con la gelatina para conseguir diferentes sabores. Las frutas, eso sí, deberán haber pasado por la batidora para que, aunque queden algunos trozos, éstos sean lo más pequeños posibles para evitar que se rompa la textura del helado originario.
También es posible repartir la mezcla en pequeños recipientes y, antes de introducirla en el congelador, colocarles un palo para conseguir el formato de un polo, lo que hará las delicias de los más pequeños, pero sin perder la esencia del helado tradicional.