¿Cómo preparar unas chuches caseras, deliciosas y sanas?
Artículo revisado por el Comité
Las chuches son una delicia para pequeños y mayores, y si las puedes preparar en casa seguro que gustan a todos mucho más.

Las chuches gustan a personas de todas las edades, y aunque en grandes cantidades no son recomendables, sin duda sientan genial de vez en cuando. Los niños disfrutan especialmente con ellas, y más lo harán si se las haces en casa.
Además de caseras, también serán muy sanas, y eso es lo más importante, ya que las chuches siempre han tenido muchas calorías y azúcares. Haciéndolas en casa, puedes controlar ese aspecto y que sean mucho más saludables que las que compras en cualquier tienda. Veamos algunas chuches deliciosas para hacer en casa.
Piruletas de plátano y chocolate
Para hacerlas necesitarás únicamente plátano y chocolate fondant negro. Corta el plátano en rodajas gruesas y pon cada una en un palito como los de los helados. Derrite el chocolate y cubre con él las rodajas de plátano. Mételos en la nevera para que el chocolate se endurezca.
Nubes de caramelo
Bate una clara de huevo con una cucharada de azúcar hasta conseguir merengue o el puntito de nieve. Coloca pequeños montoncitos en una fuente de horno y deja que se hagan hasta que se doren, así conseguirás que estén duritos por fuera y blandos por dentro.
Gusanos de gelatina
Son unas de las chuches más conocidas ya que se pueden encontrar en cualquier tienda en las que se vendan gominolas. Para hacerlos necesitas dos paquetes de gelatina de fresa, uno de gelatina sin sabor, 15 gotas de colorante alimenticio verde y ¾ l de nata. También necesitarás moldes con forma de gusano.
Prepara la gelatina según las instrucciones del envase y deja que se enfríe hasta que esté tibia. Añade la nata y el colorante, rellena los moldes y mételos en la nevera hasta que se solidifiquen. Sácalos y… ¡a disfrutar!
Frutas escarchadas
Se pueden hacer con fresas, moras, arándanos o frambuesas. Humedece las frutas con un pulverizador, rebózalas en azúcar o fructosa y colócalas sobre una superficie lisa en el interior del congelador. Tienes que dejar separación entre ellas para que no se peguen cuando se congelen. Cuando estén congeladas puedes meterlas en una bolsa y dejarlas en el congelador.
Todas estas chuches se hacen de manera muy sencilla, en poco tiempo y son fantásticas para los más pequeños… ¡o mayores!