Aceite de oliva: el oro líquido de la dieta mediterránea
Artículo revisado por el Comité
Los beneficios que aporta a la salud hacen del aceite de oliva uno de los productos básicos y mejor valorados de la cultura gastronómica mediterránea desde hace siglos.
Y, con el paso del tiempo, todo tipo de estudios han ido mostrando los beneficios que tiene para la salud y han favorecido que, actualmente, sea considerado el oro líquido de la dieta mediterránea y uno de los productos más importantes de consumo y comercialización en países como España, Italia o Grecia.
Así, expertos de todas las nacionalidades concluyen que, ingerido en las dosis adecuadas, el aceite está especialmente recomendado para, por ejemplo:
- Prevenir enfermedades cardiovasculares –como el infarto de miocardio o la obstrucción arterial- ya que mejora la circulación y reduce la hipertensión.
- Reducir el colesterol negativo y elevar el conocido como colesterol bueno.
- Frenar el envejecimiento celular –gracias a su alto contenido en antioxidantes- y, en consecuencia, ayuda a retrasar el avance de algunas enfermedades degenerativas como el alzheimer.
- Mejorar el desarrollo del feto en las mujeres embarazadas.
- Reducir el riesgo de padecer diferentes tipos de cáncer, especialmente el de mama.
- Cuidar el aspecto externo e interno de la piel.
Foto de Wikipedia.
No obstante, y aunque todos los tipos de aceite de oliva presentan propiedades beneficiosas para la salud, según el tipo de aceituna, sus características o el proceso que se aplica en la obtención del aceite, éste presenta cuatro variedades diferentes:
- Aceite de oliva virgen extra: Es el que se obtiene aplicando exclusivamente procesos mecánicos de extracción con aceitunas en perfecto estado, sin superar los 0,8 grados de acidez. Es considerada la variedad de mayor calidad.
- Aceite de oliva virgen: También aplica un sistema íntegramente mecánico en la extracción, pero su acidez no puede sobrepasar los 2 grados. Puede presentar algún tipo de defecto en el aroma o el sabor pero siempre deberán ser imperceptibles para el consumidor.
- Aceite de oliva: Procede de la mezcla de aceites de oliva vírgenes y otros refinados –a los que se les extraen los posibles defectos que presentan mediante procesos químicos-. Su acidez debe estar por debajo de 1,5 grados.
- Aceite de orujo de oliva: Se obtiene tras el proceso de refinado de los orujos –la pasta que se forma tras las extracción de las aceitunas- y la mezcla con una proporción concreta de aceite de oliva virgen.