Ir de tapas, una tradición que no pasa de moda
Artículo revisado por el Comité
Turistas de todo el mundo visitan España con el ánimo de deleitar sus paladares de la mano de este tradicional manjar, si bien los autóctonos somos los que más apoyo seguimos brindándoles. ¿Por qué son tan populares las tapas?
Si bien no se conoce ni la fecha ni el lugar exacto en el que, por primera vez, alguien se tomó una tapa, sí han ido circulando con el paso de los años diversas historias relacionadas con el origen de este clásico español.
La versión más aceptada es la que cuenta que el origen de la tapa se remonta a la época de los Reyes Católicos. Se dice que durante una visita a la Isla de León, el rey Fernando II de Aragón ordenó a un tabernero que cubriera su copa de vino con una loncha de embutido, a fin de evitar que cayeran en su bebida alguna de las numerosas moscas que había en el lugar. Al hacerlo, el propietario de la taberna le dedicó a su rey las siguientes palabras: “Aquí tiene usted su tapa, majestad”. De ahí se conoce que proviene el nombre con el que fueron bautizadas las tapas.
Las tapas suponen el complemento ideal de una copa de vino o una caña de cerveza en España. De hecho, muchos señalan que la razón por la que se inventaron las tapas fue la de evitar que el alcohol perjudicara en exceso los clientes habituales de las tabernas. A sabiendas de que beber con el estómago vacío no es nunca una buena idea, lo de acompañar el vino con una tapa se remonta varios siglos atrás, cuando los carretilleros comenzaron a consumir tapas con el fin de no caer en un estado de excesiva embriaguez.
Con tal modesto origen, seguramente se hiciera impensable que las tapas lograran alcanzar, con el paso de los años, un estatus como el que mantienen en la actualidad. Las tapas han sabido reinventarse y evolucionar en el tiempo, gracias sobre todo a su aceptación por parte de chefs de reconocido prestigio, quienes las reconocen como un clásico de la gastronomía española y las elevan a las altas esferas de la cocina moderna en su versión más sofisticada.
Incluso Ferrán Adrià se ha atrevido a llevar las tapas a su exclusivo terreno. Así, si bien en sus origines ser reducían a lonchas de queso, embutidos, aceitunas o frutos secos, pero hoy día son objeto de la cocina más elaborada.
- No es un plato estacional: Cualquier época del año es ideal para ir de tapas. Tampoco tienen un horario estrictamente marcado y se pueden disfrutar a la hora de almorzar, de hacer el vermut, de comer, de merendar o de cenar.
- Amplia variedad de propuestas: Las más típicas son las tapas de patatas bravas, de pescaíto frito, de croquetas o de chocos, pero el amplio abanico de posibilidades que ofrece la tapa es de lo más remarcable. Hoy día comienzan a haberlas, incluso, para vegetarianos, veganos o celíacos.
- Mejor que un plato: Son ligeras, rápidas de hacer y permiten al comensal disfrutar de diversos alimentos en una sola sentada. Su precio es también más bajo que el de un plato de comida al uso, de ahí que ir de tapas se haya extendido como una alternativa a la cena.
- Las tapas se comparten: la costumbre social que se asocia a las tapas es probablemente el elemento en el que se basa todo su éxito. Lo mejor de ir de tapas no son estos pequeños tentempiés en sí, sino lo que conlleva esta opción de ocio gastronómico: reunirte con los amigos, conocer gente nueva o desconectar del trabajo en compañía de tu familia, he aquí donde radica el verdadero éxito del tapeo.
Foto:wikimedia.org