“Más alimento, menos desperdicio”, un programa para acabar con el derroche de comida
Artículo revisado por el Comité
El desperdicio alimentario es uno de los problemas que más preocupan a diversos colectivos, sobre todo teniendo en cuenta el aumento de las cifras de las personas que pasan hambre en todo el mundo. En España, el Ministerio de Agricultura ha decidido poner en marcha el programa “Más alimento, menos desperdicio”, con el que se busca reducir al máximo el derroche de comida.
Cada vez son más las personas en todo el mundo que alzan la voz para luchar contra el desperdicio alimentario y cada vez son más quienes toman conciencia de ello y buscan alternativas para evitarlo, tanto en el ámbito doméstico como en los diferentes procesos de fabricación y distribución o en los servicios de catering y restauración.
No en vano, y según los últimos datos proporcionados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en el mundo se desperdician 1.300 millones de toneladas de comida al año –es decir, un tercio de la producción mundial-.
En Europa, la cifra, tal y como indican las estadísticas de la Comunidad Europea (CE), alcanza los 89 millones de toneladas al año, y destaca que un 42% de este desperdicio se produce en los hogares, un 39% en los procesos de fabricación y un 14% en los diferentes negocios hosteleros.
Y, dado que España es el sexto país de la UE que desperdicia más toneladas de alimentos –concretamente, 7,7 millones de toneladas al año- el Ministerio de Agricultura ha decidido poner en marcha la estrategia“Más alimento, menos desperdicio”. Se trata de un programa con el que se intentará cumplir el acuerdo firmado con el Parlamento Europeo de limitar al máximo las pérdidas y el desperdicio de comida.
Para ello, se ha programado el desarrollo de cinco grandes áreas de actuación:
- En primer lugar y como punto de partida, se realizarán diversos estudios que analizarán detalladamente las causas reales y el origen del problema, así como las características y los volúmenes reales de alimentos desperdiciados. Para ello, será imprescindible, tal y como ha indicado el propio ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, contar con la colaboración de las organizaciones más representativas del sector como, por ejemplo, FEHR (Federación Española de Hostelería y Restauración), AECOC (Asociación Española de Codificación Comercial), IAB (Federación de Industrias de la Alimentación y Bebidas) y OPAS (Organizaciones Agrarias de Productores).
- A partir de los datos obtenidos, y contando también con las valoraciones de expertos en la materia, se elaborarán guías de buenas prácticas que distribuirán entre todos los actores implicados en los diferentes procesos –agricultores, operadores, empresarios, etc.- para que adopten las medidas correctas que ayuden a conseguir el objetivo. Además, se crearán campañas informativas dirigidas a los consumidores y a los profesionales de la restauración que recogerán consejos y prácticas para evitar el derroche y el despilfarro alimentario.
- Por otra parte, se contempla la necesidad de revisar los aspectos normativos que pudieran afectar directamente al problema del desperdicio. Para ello, se consultará a los diferentes agentes e identificar, así, las leyes y normas que traban especialmente la reducción o valoración de los alimentos que se desechan –como, por ejemplo, el Real Decreto que se ha publicado recientemente respecto a las fechas de caducidad o consumo preferente que aparecen en el etiquetado de diversos productos-.
- La cooperación con otros agentes aparece como un aspecto fundamental para poder cumplir con las metas proyectadas, por lo que se ha solicitado la participación activa de todas las organizaciones, asociaciones y empresas que formen parte de la cadena alimenticia en alguno de sus eslabones. Así, por ejemplo, se ha propuesto impulsar los acuerdos con los bancos de alimentos o la aplicación de auditorías para evaluar la eficiencia de la gestión de las empresas en lo que a desechos alimentarios se refiere y buscar los puntos de mejora.
- Por último, se busca hacer especial hincapié en el desarrollo de las nuevas tecnologías para emplearlas como herramientas fundamentales contra el desperdicio. Y para conseguirlo, el Ministerio ha planeado la promoción de proyectos y trabajos que mejoren la eficiencia en los diferentes pasos de la cadena alimentaria, y que serán revisados y seguidos una Comisión de Seguimiento de la que formarán parte tanto la Administración como los principales actores implicados.